tag:blogger.com,1999:blog-21898483898811686562024-03-08T17:33:55.178+01:00Ladrones de Almas.Primer libro: Ecos de un milagro.Noah Lebowskihttp://www.blogger.com/profile/03888863539328210660noreply@blogger.comBlogger2125tag:blogger.com,1999:blog-2189848389881168656.post-3413108200174952522011-07-30T18:38:00.000+02:002011-07-30T21:14:27.233+02:00Capítulo uno<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">En la actualidad</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">Holly maldijo en voz baja, mientras se subía la capucha de su sudadera favorita de Iron Maiden y avanzaba con paso rápido bajo la lluvia. Había estado a punto de coger el paraguas y, sin embargo, había encogido los hombros y éste yacía colgando de la ventana de su cuarto, a tres manzanas de donde ahora se encontraba ella. Nunca hubiese pensado que empezaría a llover justo cuando ella cruzaba la primera manzana; y no podía volver a casa porque su madre no estaba y las llaves estaban perdidas en algún lugar debajo de su cama.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">Con resignación, había optado por correr y pararse a ratos bajo algún balcón para recuperar el aliento. Se suponía que debía llegar al parque central a las siete en punto para reunirse con Trace, su mejor amigo, para ir juntos al concierto de una nueva estrella del rock poco conocida aún en uno de los bares a los que con frecuencia solían ir a tomar batidos helados. Miró su reloj de muñeca, que marcaba ya las siete y veinte, soltó un bufido y amainó el paso, sus botas chapoteando en los charcos que se iban formando en la acera.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">Ya podía imaginar con claridad el comentario sarcástico que recibiría de Trace por llegar por haber llegado tarde, pues Holly siempre era puntual e incluso a veces se presentaba donde fuese mucho antes de la hora de quedada.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">Diez minutos más tarde llegó a su destino, jadeante y sonrojada a causa de la carrera. Trace la esperaba, envuelto en su chaqueta de cuero negro habitual, que le quedaba un poco grande y las mangas casi cubrían sus manos enteras. Holly ya ni siquiera podía recordar a su amigo sin esa chaqueta, regalo de su padre por su décimo cumpleaños. Bajo ella, tenía los brazos recubiertos de tatuajes coloridos e incluso tenía el nombre de ella tatuado en el reverso de la muñeca derecha, donde ella lo escribía con bolígrafo cuando eran pequeños. A su vez, Holly tenía “T.H.” en su muñeca izquierda, haciendo referencia al nombre completo del chico.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-Normalmente soy yo el que llega tarde- comentó Trace mientras la chica se colocaba a su lado, bajo el paraguas de él-. Suerte que he recordado que eres lo más torpe del mundo y he traído uno.-añadió señalando el objeto.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-Gracias- contestó Holly con sarcasmo-, da gusto tener amigos como tú.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">La chica se retorció su pelo rojo oscuro y formó un charquito a sus pies, después se acurrucó en su sudadera mojada.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-Genial- protestó mientras Trace le pasaba un brazo por los hombros y caminaban juntos-, no sé para qué me he alisado el pelo. Tú siempre pareces tenerlo perfecto.-miró al chico enfadada.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-Claro- dijo Trace que, al igual que todos los días, llevaba su pelo castaño liso y caído sobre sus ojos verdes-, todo yo soy perfección-rió-. Mi madre es de pelo liso y mi padre no lo tenía muy rizado, así que los genes de pelo lacio atacan.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">Holly deseó tener así su cabello rojo, pues había heredado los rizos de su madre y en absoluto estaba conforme. Mientras cavilaba, el chico clavó su mirada en ella. Todavía podía verla andando a su lado con nueve años, agarrada de su mano y con su cuerpecito menudo y delgado danzando y arrastrándolo con ella, y como él intentaba cuidarla, como si fuera una frágil figura de cristal que se rompería con un fuerte abrazo. Holly mantenía la vista fija en las gotas de lluvia que colisionaban contra la acera mojada, con los labios fruncidos y ladeados en un gesto instintivo que hacía cuando andaba perdida por la avenida de su mente. Más de cien veces Trace había tenido que sacarla de sus ensoñaciones e ideas extravagantes con un par de palabras realistas. Funcionaba así; Holly soñaba y Trace se encargaba de devolverla a la realidad.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">Se adentraron en la avenida y avanzaron por la calle principal hasta una ramificación de ésta que acababa en un callejón sin salida en el que descansaba el “Eat ‘n Sing”, un local grande donde, a parte de servir comida rápida y batidos variopintos, algunos grupos principiantes podían pagar por publicidad y actuaciones en el escenario pequeño que había al final de la sala. A veces incluso acudían personas de discográficas para intentar sacar algún nuevo talento. Normalmente estaba tranquilo y el ambiente era apacible, con música de fondo y a veces alguien cantando; sin embargo, esa noche había una fiesta por el veinte aniversario del bar y varios grupos habían sido invitados para tocar rock a toda voz, entre ellos <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Pulse</i>, la banda de Trace y una nueva chica a la que el tío de éste, regente del bar, había hecho mucha publicidad durante las últimas semanas.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">Trace cerró el paraguas y abrió la puerta de cristal de doble hoja para dejar pasar a Holly, que entró y se quitó la sudadera, anudándosela En la cintura y quedándose con una camiseta azul oscuro. Hacía frío en la calle, pero con toda esa gente bailando hacinada parecía no haber sitio para el viento gélido, incluso la chica se sintió un poco agobiada. Trace la siguió y juntos llegaron al centro de la sala, donde todos se movían y bebían al ritmo del rock que cantaba un grupo que Holly nunca había visto allí, mientras otro aporreaba la guitarra con esmero.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-¿Cuándo te toca actuar?- preguntó Holly, agarrándose del brazo de Trace para no perderlo entre la multitud.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-Éstos son los <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Black Fox</i>, después actúan <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Lily and the Cherrys</i> y luego vamos nosotros- respondió el chico, alargando el cuello, buscando a sus amigos-, justo antes de la tal Ellie, la “promesa del rock”, como dijo mi tío-añadió con un poco de burla.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-Habrá que darle una oportunidad a la chica- dijo Holly compasiva-, no seas tan borde con los nuevos.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">Trace se encogió de hombros y comenzó a andar más deprisa, arrastrando a Holly con él, que seguía prendida de su brazo, hacia una puerta que conducía a una especie de camerinos. Ésta estaba abierta y Doug, el batería de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Pulse</i> les hacía seña con las manos para que el chico lo viera.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; tab-stops: 351.75pt;">-Os estaba buscando- dijo Trace cuando llegaron hasta él.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-Tengo algo que contarte- comentó Doug con voz grave. Era un chico alegre que casi siempre se lo tomaba todo en broma, pero ahora parecía preocupado.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-¿Qué pasa, Doug?- Holly notó como Trace se ponía nervioso y se le tensaban los músculos.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-Josh no ha aparecido- soltó Doug, bajando la cabeza tras decirlo, horrorizado ante la expresión de ira que apareció en el rostro contraído de Trace.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-¿Qué coño me estás diciendo?- acertó a decir entre dientes- ¿Cómo se supone que vamos a tocar sin ese gilipollas? </div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-Tranquilo, Trace- dijo Holly, intentando calmarlo.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">Doug pareció cavilar y se puso más serio aún. Levantó la cabeza y dijo:</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-Le hemos estado llamando toda la tarde, pero no contesta. Ayer nos dijo que sus padres se iban de viaje y él se quedaba solo en casa.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-¿Y si le ha pasado algo?- intervino la chica, horrorizada ante la perspectiva. Sólo había intercambiado unas pocas palabras con él, sin embargo le caía y no quería que sufriera algún daño.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-El maricón se habrá emborrachado aprovechando que está solo- contestó Trace, apartando a Doug y entrando en el pasillo hacia el camerino del grupo. Holly se había soltado de él, consciente de que no podía entrar y lo miraba, deseando ir y consolarlo. A Trace le molestaba bastante que uno de ellos faltara a los ensayos y la chica casi podía imaginar como se sentiría ahora que se habían quedado sin guitarrista principal en el concierto.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-¿Y que vamos a hacer?- inquirió Doug.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">Trace se volvió.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-El show debe continuar.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">A continuación siguió su camino, sacando un paquete de tabaco del bolsillo de su chaqueta y se colocaba uno entre los labios.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-No te preocupes- dijo Doug a Holly-, estará bien en cuanto se fume uno. Siempre puede tocar la guitarra mientras canta, ya lo ha hecho más de una vez.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">Holly asintió, más tranquila ante la sonrisa del chico y, despidiéndose con un gesto de la mano, se adentró entre la gente y las luces parpadeantes.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">Trace dio una calada a su cigarro y, cogiéndolo entre el dedo índice y el pulgar, exhaló el humo, que escapó de entre sus labios como si hubiese estado aprisionado entre sus labios mucho tiempo. La nicotina lo había relajado un poco y pensando en frío había decidido que no debía preocuparse; él podía perfectamente tocar la guitarra mientras cantaba sin que supusiera un problema. Además, con la ayuda de Matt como guitarra segunda ni siquiera se notaría la doble actuación de Trace ni la falta del otro guitarrista. Suspiró aliviado y se levantó de la silla, el único mobiliario aparte de un espejo grande del que constaba el camerino, tiró el cigarrillo al suelo de cemento y lo pisó. Los demás le esperaban ya tras el escenario, esperando la señal para salir a escena.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">Estaba a punto de salir, cuando el picaporte giró hacia el lado contrario, como si alguien estuviera intentando abrir desde fuera. Trace tiró hacia sí y tras ella apareció una chica, baja y delgada, que le recordó por un momento a Holly. Tenía el pelo rubio oscuro y recogido en dos trenzas largas. Lo miró sorprendida a través del flequillo, con sus grandes ojos azul grisáceo y pestañeó un par de veces.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-Lo siento, pensaba que era mi camerino- dijo la chica azorada.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-No pasa nada- Trace sonrió, intentando no incomodarla más- Soy Trace- se apretaron las manos-, tú debes de ser Ellie, la cantante nueva, ¿no?</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-Sí- sonrió-. Me llamo Elyon Joyze. Ellie Pánix como nombre artístico.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-Creo que tu actuación es detrás de la mía.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-¿<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Pulse</i>?- inquirió Elyon.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-Exacto.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-Pues ya te toca, date prisa- se dirigieron una sonrisa cómplice y desaparecieron cada uno por el lado contrario.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">Elyon avanzó por el pasillo de cemento hasta la habitación contigua, sus botas negras resonando en el suelo. Ya dentro, sacó su móvil de la falda y marcó un número; mientras llamaba, su mochila se abrió y una cabecita negra y de orejas puntiagudas asomó por ella y miró con ojillos curiosos al exterior. La gatita desplazó todo su cuerpo fuera y se acercó a las piernas de su dueña, donde se sentó esperando un poco de atención.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-Mercy- dijo la chica-, el grupo que va antes de mí ya está en escena, ¿qué hago?; Me queda sólo media hora y todavía no he localizado a la chica; No, no he visto a Jace… ¿Cómo que se supone que debería estar aquí?; Lo buscaré, descuida. Adiós.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">Elyon colgó y devolvió el teléfono a su mochila. Con un suspiro cogió a su gatita y la abrazó contra su pecho mientras ésta la miraba con sus ojos azules y rasgados.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-Pandora, tenemos un problema.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">La gata soltó un maullido de afirmación y asintió con la cabeza.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">Holly tomó otro sorbo de su bebida, sintiéndose un poco mareada; no a causa del alcohol, pues sólo estaba bebiendo zumo, no quería estar con resaca a la mañana siguiente que tenía instituto, sin embargo su vista se desenfocaba y sus rodillas estaban temblando, incapaces de sostenerla. Necesitaba salir al aire fresco.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">De fondo, la voz de Trace se colaba en sus oídos, tan dulce y un poco rasgada que la chica siempre había considerado como un tesoro para ella y todavía recordaba los días en los que ella había estado enferma y Trace pasaba día y noche cantándole acompañado de su guitarra hasta que Holly se sentía mejor y Trace le traía chocolate caliente y dulces. Incluso una vez, de madrugada y lloviendo furiosamente, había salido a buscar un 24 horas para comprarlos. Justo el grupo estaba cantando su canción favorita, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Don’t move on</i>, pero Holly sentía que la cabeza iba a estallarle si seguía en aquel ambiente agobiante y cargado.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">Salió a la calle y una oleada de aire frío le golpeó el rostro, haciendo que un escalofrío le recorriera la espalda como un dedo helado. La sudadera ya estaba seca, por lo que se la puso y se cogió los puños con las manos, un gesto que siempre hacía cuando tenía frío o estaba incómoda. Lo estaba en aquel callejón sin salida a la entrada de un bar y mareada por una causa que desconocía. </div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">De pronto, oyó algo a su lado, como si alguien se retorciera. Dio la vuelta hasta unos contenedores que había a unos pasos y encontró a una chica vomitando, sujetándose su largo pelo negro con una mano y la otra apoyada en el suelo, junto a sus rodillas. Holly fue a socorrerla. Puso una mano en su hombro y la ayudó a levantarse, mientras la otra se limpiaba con el dorso de la muñeca.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-¿Estás bien?- preguntó Holly preocupada.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-Sí, gracias- respondió la chica con un hilo de voz. Se tambaleó un poco, provocando que Holly tuviera que agarrarla más fuerte para que no cayera cuán larga era al suelo junto con la desconocida.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">Con un movimiento brusco, la chica se zafó de Holly, y la tiró al suelo. Holly se dio un golpe en la cabeza y notó como su sangre manchaba la acera. La chica se había puesto a horcajadas encima de ella y la miraba con los ojos dilatados y negros, casi cubriendo lo blanco también. Sus dientes comenzaron a afilarse y a convertirse en dos hileras de colmillos de sierra y la mandíbula se le desencajó, formando una boca irrealmente grande de lengua viperina que lamía el rostro de Holly, que soltó un alarido de terror. Estaba a punto de morderla cuando su cabeza se separó de sus hombros con un sonido silbante y cayó junto a Holly que ahogó un grito. Gran cantidad de sangre negruzca y viscosa comenzó a manar de su cuello perfectamente cortado y el cuerpo se retorció un poco más antes de morir sobre Holly, que lo sintió extrañamente pesado. </div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">Escuchó unos pasos junto a ella y segundos después la criatura había sido apartada de encima y yacía en uno de los contenedores. Una figura recogió algo del suelo y ayudó a Holly a levantarse. Enfocó la vista y pudo ver a un chico rubio, del que se apartó asustada, viendo que lo que había cogido era un cuchillo pequeña de empuñadura grande y con la hoja manchada de la sangre negra.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-¿Qu-qué coño ha sido eso?- gritó presa del pánica.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-Tranquila, sólo era un demonio- respondió el chico como si tal cosa.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-Ah, un demonio- repitió Holly en un susurro-, claro, como no lo había adivinado.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">Holly se llevó una mano a la cabeza y retorció varios mechones de su pelo entre los dedos sintiendo unas náuseas insoportables.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-No te preocupes, no se te ha ido el tarro- dijo el chico-. Algún día te tenía que pasar.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-¿Qué?- inquirió Holly confusa y enfadada.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-Ya te lo explicaré otro día.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-¿Otro día?</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-Jace Ross- dijo el chico solamente y la dejó allí, temblando y con el miedo aún atenazado en su cuerpo.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">Trace soltó un suspiro de alivio al ver a Holly aparecer por la puerta del local. Se despidió de sus amigos y corrió a ella. Hacía tiempo que su actuación había finalizado y ahora la otra chica cantaba una balada en el escenario, y Trace había buscado a su amiga por el bar junto a los demás componentes de su grupo durante una hora entera.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">Holly estaba temblando y su cuerpo estaba muy frío, por lo que la abrazó y dejó que la chica hundiera el rostro en su pecho, e incluso se puso a llorar con un nudo en la garganta.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-¿Qué te ha pasado?- inquirió Trace con la preocupación impresa en su voz.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">-Llévame a casa, por favor- pidió Holly aún llorando. El chico asintió con impotencia y la condujo fuera, a la calle principal mientras llamaba a un taxi que les condujera a casa.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div>Noah Lebowskihttp://www.blogger.com/profile/03888863539328210660noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2189848389881168656.post-5623278338338647472011-07-26T14:18:00.000+02:002011-07-26T14:18:12.619+02:00Prólogo<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">1348</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">La madre superiora avanzó por el largo pasillo de la iglesia con paso parsimonioso, como si lo hiciera mecánicamente. A pesar de que ya estaba retirada y no tenía edad para regentar el convento, Marise seguía yendo cada noche a rezar como cualquier otra pasada en el recinto de clausura, imaginando con los ojos cerrados y las manos en posición de rezo que aún seguía allí, rodeada de sus hermanas y novicias. Sin embargo, esos fueron tiempos mejores aunque pasados y aún teniendo una acogedora casa a orillas del río con la ciudad a un par de kilómetros y una iglesia donde ir a reunirse con otros fieles, sentía que su vida no estaba completa y, por enésima vez desde hacía tres años, deseó en un rincón apartado de su mente haber tenido hijos. Y una vez más, desterró el pensamiento ofendida, como si hubiera blasfemado sin querer.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">Pidió perdón frente a una estatua de mármol pintado de Jesús crucificado y besó su rosario, ese tan antiguo de madera que le había tallado el carpintero del convento cuando no era más que una joven novicia recién llegada. </div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">Dado por terminado su ritual cotidiano, levantó la mano a modo de despedida a dos mujeres ancianas que día tras día se sentaban en los bancos finales junto a la puerta, que le dedicaron una sonrisa desdentada. Una de ellas sujetaba en brazos a un niño de unos tres años, que se agarraba de la huesuda mano de su abuela con cariño. La madre Marise recibió un agudo pinchazo de dolor en el corazón, se obligó a apartar la mirada de la feliz pareja y salió con una desagradable sensación de soledad que se extendía como frío veneno por todas las venas de su cuerpo maltrecho por la edad y daba a su rostro arrugado una fugaz expresión de tristeza.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">Al salir al exterior, una oleada de gélido viento le agarrotó las articulaciones y caló hasta el último de sus envejecidos huesos, por lo que se acurrucó en su manto de lana oscura y se adentró en los barrios de extrarradio, fuera de la muralla y se dirigió a las afueras, cruzando el puente hacia su pequeña casita de madera, que parecía recibirla con los brazos abiertos y la promesa de la cálida hoguera en el interior que la resguardara del invierno intenso.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">Con un suspiro de alivio entró en la casa empujando la puerta mohosa, con la madera contraída a causa de las ventiscas invernales. Cerró, percatándose de que el frío no penetraba por ningún recoveco y encendió la hoguera en una chimenea de piedra de bordes cenizos, ayudándose de la tea que siempre mantenía encendida en su soporte junto al hogar, que daba un ambiente cálido y acogedor al lugar, con las chispas saltando y brillando como estrellas al amparo del cielo, donde el crepúsculo comenzaba ya a desangrarse en tonos rojizos, dando paso a la noche, que venía acompañada de nubes de tormenta.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">Marise se acomodó en su jergón y apoyó la espalda en la pared, inhalando con fuerza, como si quisiera tragar todo el oxígeno del cubículo y luego soltó todo el aire de una sola vez antes de coger su vieja Biblia de debajo de la almohada y comenzar a leer un pasaje, como cada noche antes de cenar y acostarse. A veces se saltaba el ritual y leía varios pasajes de una vez, con los que se regocijaba recitándolos en su mente antes incluso de leerlo.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">Sin embargo, esa noche era especial. No obstante, ella no tuvo la consciencia de ello hasta pasados diez minutos, cuando unos golpes en la puerta alertaron a la religiosa y la hicieron sobresaltarse en su cama. Con cierto recelo, se levantó y apretó el libro contra su pecho y mientras andaba los pocos metros que la separaban de la puerta, su bamboleo hacía rebotar el rosario colgado de su cuello, con lo que ella se sintió más segura notando el “tap tap” que producía al chocar la cruz de madera contra el pecho.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">Abrió la puerta y, a pesar de que solo había tardado escasos segundos, no había nadie en la entrada. Salvo, tal vez, ese revoltijo de mantas que ocultaban una especie de bulto que se hallaba en el suelo. Madre Marise hubiese vuelto al calor del hogar a seguir con su lectura vespertina de no haber sido cuando, en ese preciso momento, el bulto comenzó a llorar, como percatándose de que lo iban a dejar allí abandonado. La religiosa, que por un segundo no cabía en sí de gozo por ver su sueño hacerse realidad, pensó que aquello era un regalo de Dios y, con sorpresa, incluso creyó que ese bebé que lloraba ahora entre sus brazos era uno de los enviados a <personname productid="la Tierra" w:st="on">la Tierra</personname>, el nuevo Jesucristo, alguien que haría grandes cosas y predicaría el mensaje del Señor, castigando a los infieles. <personname productid="La Biblia" w:st="on">La Biblia</personname> descansaba en el suelo junto a la puerta, donde la madre la había dejado para recoger al niño. Con cariño miró a la criatura, que calló al instante, atenazando el dedo índice de la religiosa con una de regordetas manos de recién nacido, incrementando la dulzura de la mirada de Marise. </div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">El niño agarró con más fuerza el dedo de ella, clavando sus pequeñas uñas en la carne. La madre profirió un grito de dolor y casi dejó caer al bebé al suelo. Sin embargo, la criatura se ensañó más y entre alaridos de terror por parte de la monja, arrancó su dedo con increíble fuerza y lo arrojó con sobrenatural indiferencia y frialdad, como si lo hubiera pensado todo de antemano. Al olor de la sangre que manaba del miembro amputado, el niño abrió sus ojos, aterrorizando a la mujer, pues eran negros como el carbón, tanto el iris como lo que se suponía que debía ser blanco.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">La anciana mujer cayó al suelo, la sangre inundando la estancia, aún más cuando la criatura se prendió de su pecho y comenzó a rasgar la ropa y la carne, desparramando el interior de su cuerpo y saboreando el líquido rojo y caliente que manchaba sus pequeñas manos. Un grito de horror rebotó por las paredes y, acto seguido, la servidora de Dios fallecía trágicamente a manos de un hijo del demonio, con la barriga abierta y desangrada sobre la madera.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">Y un día después, la peste negra asoló el mundo.</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">Y esa fue la primera obra de Caleb, una de las traiciones de Dios y el primero de la nueva raza maligna de miles más que caerían sobre <personname productid="la Tierra" w:st="on">la Tierra</personname>, los lilim.</div>Noah Lebowskihttp://www.blogger.com/profile/03888863539328210660noreply@blogger.com